Las mayor parte de nuestras plantas de interior son de origen tropical o subtropical y provienen de lugares calurosos y húmedos muy distintos a los climas existentes en Chile, que van desde el desértico al estepárico frío, todos caracterizados por llegar a temperaturas inferiores a los 10 grados al exterior por las noches, alcanzando incluso temperaturas bajo 0.
Nuestras casas por tanto cumplen una función similar a la de un invernadero, ya que en ellas se genera un microclima distinto al del exterior, lo que ayuda a que las plantas tengan un ambiente menos hostil y más estable para su subsistencia.
Sin embargo, como nuestras casas no son realmente un invernadero, muchas veces en invierno, nuestras plantas están expuestas a temperaturas más bajas a la de su hábitat natural.
Esto sin duda les provoca un estrés y relentiza su crecimiento vegetativo, fenómeno conocido como “receso invernal”.
La buena noticia es que las plantas son seres vivos resilientes y la mayoría de ellas son capaces de adaptarse y tolerar el frío.
Pero debemos ayudarlas lo que más podamos…
¿Cómo hacerlo?
- Agrupa tus plantas para que se protejan entre ellas y generen un microclima.
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Aléjalas de corrientes de aire, ya que la sensación térmica podría bajar aún más.
- Mucho OJO con el riego, baja la intensidad y frecuencia, regando sólo cuando el sustrato esté seco. (Esta es la principal causa de muerte de plantas en invierno. Recuerda que es más fácil recuperar una planta de la sequía que de la pudrición de raíces.
- Procura ubicarlas cerca de fuentes de luz natural o lugares bien iluminados para que puedan hacer fotosíntesis y tener más energía.
- Aplica NUBA® cuando te toque regarlas, pues les darás un shot de energía inmediata y mantendrás sus mecanismos de defensa activos.
Estos son consejos generales y sirven para la mayoría de nuestras plantas de interior. Ponlos en práctica y verás cómo tus plantas comienzan a mostrarse más vigorosas y fuertes.
